Todo comenzó en 2006… Después de graduarme como topógrafo e inscribirme en la Facultad de Arquitectura, necesitaba buscar trabajo. Después de 3 años como topógrafo en una gran empresa de ladrillos y prefabricados (de 2003 a 2006), me di cuenta de que mi lugar no estaba allí y empecé a trabajar con un amigo en una agencia de publicidad.
Sin experiencia, ni en destruir gráficos ni en servicios publicitarios, me envió a tocar las puertas de las empresas con el objetivo de adquirir clientes. No necesito explicarte lo fácil que era en ese momento encontrar clientes, incluso para pequeños trabajos.
Las ventajas de tener muchos clientes con pequeños trabajos son varias, incluyendo:
- Reducción del riesgo de no cobrar
- Pequeños trabajos, pequeñas reclamaciones
- Gran oportunidad para aprender:
- aprendiendo a utilizar programas de gráficos
- aprender a entender las necesidades de las empresas
- aprender sobre el mercado de productos publicitarios…
En aquellos años, el crecimiento en la cantidad de agencias inmobiliarias y, consecuentemente, la demanda de productos que pudieran emocionar a la gente y llevarla a comprar una casa alcanzó sus picos. La competencia entre ellas era alta y todas querían presentar su bienes inmuebles de la mejor manera posible. Cada una a su manera, cada una con sus propias herramientas, te pedían diseños y realizaciones gráficas de productos que eran completamente diferentes entre sí (un verdadero trabajo a medida). Esto no hizo más que ampliar mi mente, mostrándome cómo para una única categoría de negocios puede haber diferentes herramientas, productos y servicios para lograr un único objetivo.
Esto fue muy útil en los años siguientes, ya que la crisis inmobiliaria aumentó drásticamente y surgieron solicitudes de nuevas ideas, proyectos y soluciones para encontrar proveedores. Bueno, sí, el mercado se había dado vuelta y el enfoque se había desplazado a las empresas constructoras y ya no al cliente final. Los constructores preferían trabajar con unas pocas agencias, si no de manera exclusiva, y elegían a sus colaboradores en función de las estrategias de mercado que utilizaban para promocionar sus objetos (sí, aquí fue la primera vez que escuché sobre las estrategias de mercado y ¡me emocioné!).
A partir de aquí, decidí comenzar a estudiar lo que significaba la ESTRATEGIA y cómo aplicarla al concepto de venta, mudándome de Italia a Suiza, donde la oportunidad de trabajar se volvió internacional, y luego de Suiza a España, siguiendo las necesidades del mercado y continuando aprendiendo al conocer diferentes mercados, culturas, necesidades y usuarios finales diferentes.